En Estados Unidos se utilizan alrededor de 50 billones de botellas de agua anualmente, lo que requiere de 17 millones de barriles de aceite. Lamentablemente, sólo menos de un cuarto de ese plástico será reciclado. Si no quieres estar cargando una botella plástica una vez terminado el contenido ¿por qué no mejor hacer un envase comestible?
Yuka Yoneda de Inhabitat nos muestra cómo hacerlo mediante un proceso llamado esferificación, en el que se puede crear un líquido con una suave membrana comestible. Durante el proceso se mezcla agua potable con alginato de sodio, que proviene de algas pardas; una vez combinados, se vierten cucharadas de ese líquido en una fuente con lactato de calcio, que es una sal que se encuentra en variados elementos tales como polvos de hornear, antiácidos y queso. Dentro de la fuente con el lactato de calcio, se empieza a formar una delicada membrana mientras el agua se mantiene líquida en su interior.
El resultado es agua refrescante que no requiere de un recipiente como una botella o una taza.
Mira este video y aprende como hacerlo.
