4 Maneras en las que las artes marciales pueden convertirte en un mejor emprendedor

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Practicar artes marciales podría ayudarte a mejorar la forma en la lidias con el fracaso y podría ayudarte a aprender de tus errores y soportar el estrés que pueda provocar comenzar con un nuevo negocio. Esto lo sabe de sobremanera Jeff Yasuda, un emprendedor que ha hecho de las artes marciales su piedra angular a la hora de hacer negocios y mantener el temple y la cabeza fría. A continuación, te dejamos la experiencia de este multidisciplinario deportista y las lecciones que bilateralmente ha utilizado de una disciplina a otra: de las artes marciales, al arte de hacer negocios. Y viceversa.  

Empecemos con un estereotipo: Como muchos chicos asiáticos, crecí tomando artes marciales: Judo, shotokan, karate, kempo, taekwondo, Wing Chung y jujutsu sólo por nombrar algunos.

Puede que en el comienzo mis padres hayan pensado que era una buena forma de conectarme con mi herencia cultural (o mi falta de la misma). O quizás, como un chico que sabía mucho de diferentes áreas y que no estaba de lo mejor preparado físicamente, simplemente querían que fuera capaz de protegerme a mí mismo.

En ese tiempo, nada parecía tener sentido: El estiramiento, que no servía para nada; los extraños gritos ‘¡ai ya!’; la memorización de movimientos que no tenían sentido y la tortura mental que significaba para mí la meditación. A medida que comenzaron a pasar los años, empecé a darme cuenta de la importancia de los rituales de estas artes marciales, que han existido por miles de años. A pesar de comprender esto, seguí con mi vida y me alejé de estas prácticas.

Luego de un largo tiempo sin practicarlas, me uní a una escuela increíble de artes marciales en San Francisco, donde resido. Esto fue hace un par de años. Al principio era, en su mayoría, para que mi hijo aprendiera la auto-disciplina a través de las artes marciales, pero pronto comencé a tomar clases también. En un par de meses mi instructor, que tenía la mitad de mi edad y era excelente en lo que hacía, me urgió a que comenzara a entrenar. Yendo en contra de lo que mi esposa decía y de lo que yo mismo pensaba, que un hombre de 40 años debiese o no debiese hacer, acepté… cautelosamente.

Todas las semanas iba a mis clases de entrenamiento sabiendo que perdería. Mi instructor era mucho mejor que yo en todos los aspectos posibles: Era más rápido, más fuerte y estaba en mejor forma. Tendría mucha suerte si lograba tirar algunas patadas mientras que el prácticamente bailaba tap en mi cara.

Entonces ¿Por qué aceptar este abuso?

¡PORQUE ME ENCANTA!

Ahora pregúntale a un empresario por qué aceptan el tipo de abuso que ellos viven: largas horas de trabajo, rechazo, falta de dinero, tener que comer sólo fideos, etc. y recibirás la misma respuesta.

Existen diversos paralelos entre las artes marciales y el construir tu propia compañía, paralelos que me han convertido en un mejor empresario. Hay cuatro lecciones que se me vienen a la mente inmediatamente.

1. Aprender a aceptar el fracaso

Todas las semanas voy a clases sabiendo que perderé. Sin embargo, involucrarte en situaciones sabiendo que las probabilidades de ser exitoso no son muchas hace que generes carácter. 9 de cada 10 nuevas empresas fracasan. Los emprendedores y empresarios más exitosos son quienes fracasan nueve veces, aprenden que fue lo que los llevó a esto, y siguen luchando contra la corriente hasta encontrar una idea que funcione. En mis clases de entrenamiento cuando fracaso, recibo literalmente golpes en la cara. Es lo peor. Cuando fracaso como empresario tampoco es muy lindo, pero no es tan terrible como que te golpeen en la cara. Solía temerle al fracaso, pero hoy en día lo acepto como algo necesario dentro del camino al éxito.

fracaso


 2. Aprender a controlar las emociones

La primera vez que me tocó combatir, cuando aún era un adolescente, fue horrible. Más específicamente, me golpearon con una combinación de cinco golpes distintos y recibí una patada en el estómago que me dejó en el piso. Recuerdo que me levanté, dije varios improperios y perseguí a mi compañero de combate con un estilo muy poco exitoso. Cuando eso no funcionó, intente enfrentarlo. Esto sólo hizo que consiguiera otra combinación de golpes y patadas de parte de mi oponente que me dejaron tumbado.

Cuando volví a levantarme del piso, estaba totalmente enojado y mi sensei (maestro) se apresuró a disolver la ‘pelea’, aunque siendo honestos, simplemente intentaba protegerme de otra ronda de golpes. Recuerdo que me dijo: “Muy bien Jeff. ¿Qué aprendiste de esto?”

Yo le respondí, “¡Aprendí que [nombre de mi compañero] es un idiota!”

“No”, respondió mi maestro con calma, “TÚ eres el idiota. Cuando pierdes el control de tus emociones, te conviertes en un peleador terrible…”

Si bien estaba muy enojado, tenía que admitir que tenía mucho sentido, algo pareció más evidente al limpiar la sangre que salía de mi nariz. “Cuando pierdes control de tus emociones, pierdes. Punto”, explicó el instructor.

He descubierto que no poder controlar tus emociones cuando las cosas no van del todo bien en el mundo de los negocios, sólo genera más problemas. Claro, hay cientos de decepciones, rechazos y episodios vergonzosos a nivel profesional en el camino del empresario, pero tener arranques emocionales hace que sea más difícil reinventarte y seguir adelante.


 3. Libera estrés

Cuando las cosas no vayan del todo bien, busca una bolsa de arena de boxeo y comienza a pegarle. Créeme, ¡Es una excelente forma de liberar estrés! Comenzar tu propio negocio es difícil: Tienes inversores, empleados, clientes, socios y vendedores a los cuales tienes que reportarte. Cuando las cosas salen mal (algo que siempre pasa) hay estrés. Mientras más grande el problema, mayor cantidad de estrés. Aprender a tener maneras saludables de dejar ir este estrés es algo bueno, y el combate es algo que funciona muy bien para mí.

bolsa


 4. Aprender a aprender

Una vez que mi ego deja de ser un obstáculo a la hora de ganar o ser mejor que mi compañero, me vuelvo más receptivo para aprender qué cosas podría hacer de mejor manera. Como siempre espero perder, quiero saber por qué pierdo. Pido retroalimentación.

En mi negocio usualmente tenemos una hipótesis, como si estuviéramos haciendo un proyecto de ciencia para el colegio, un procedimiento para llevar a cabo el experimento y luego tomamos nota de los resultados. La mayor parte del tiempo fracasamos y las cosas están en nuestra contra. Sin embargo, comprender por qué fracasamos tiene un valor increíble. Mide los resultados. Cuestiónalo TODO.

Te recomiendo investigar qué tipo de arte marcial te serviría de mejor manera y buscar un lugar donde puedas practicarla. Puede que un poco de “Kung Fu Fighting” te convierta en mejor empresario.

Visto en Inc

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