Artículo Original por: Peter Gasca
Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que mi padre era un empresario exitoso.
Él comenzó un modesto taller de reparación de máquinas de costura y de aspiradoras al final de su vida, después de retirarse de una larga y exitosa carrera de trabajo corporativo. El negocio lo mantuvo ocupado durante años, y la mayoría de ese tiempo solía estremecerme ante la idea de hacerme cargo de la “empresa familiar”, sobre todo porque a pesar de lo duro que trabajaba, estaba claro que el negocio nunca lo haría rico.
Más adelante en mi carrera, llegué a apreciar el hecho de que, aunque su negocio no nos iba a dejar una herencia millonaria, pagaba las cuentas y, más importante, le daba un montón de tiempo para estar con su familia, que incluía estar en casa para la cena cada noche e ir a cada uno de nuestros partidos cuando pequeños.
Cuando hablo con los emprendedores de hoy en día, uno de los grandes desafíos para los que tienen un cónyuge y una familia es equilibrar la vida vigorosa de un empresario con la vida de padre. Esto normalmente se produce inmediatamente después de leer historias de éxito de emprendedores que han dedicado su vida a su negocio, trabajando horas interminables comprometidos con su éxito.
Mientras que esta ética de trabajo es sin duda pertinente y aplicable a los empresarios en general, cuando se trata de empresarios padres, podría ser el momento de considerar nuevas metas y prioridades. Aquí te damos algunos consejos para equilibrar el espíritu empresarial con la paternidad para los que puedan estar pasando por esta situación y espero que mis experiencias personales sirvan para decidir cómo priorizar en sus vidas.
1. Toma en cuenta diferentes prioridades.
La lucha para priorizar el tiempo entre la gran cantidad de responsabilidades e intensos desafíos de una empresa con las de una familia puede ser agotadora. Es fácil ponerse en una posición en la que tu familia es algo “fijo” en tu vida, por lo que su permanencia proporciona flexibilidad y elasticidad con el tiempo, y que tu negocio es una delicada flor que, si no se cuida correctamente, se marchita y muere.
Esto es completamente al revés. Aquí está la cosa, cuando falla un negocio siempre se puede iniciar otro o conseguir un trabajo, pero cuando te olvidas de la familia, el daño que se hace es irreversible. Siempre ten como prioridad a tu familia, ponla en primer lugar y nunca te sientas culpable por ello.
2. Aprende a delegar
La mayoría de los empresarios son extremadamente individualistas, casi siempre necesitan tener el control y la micro-gestión de su negocio. Sin embargo, con una familia tienes que estar más dispuesto a delegar las responsabilidades operativas diarias que consumen la mayor parte de tu día. Si lo haces, no sólo te permites pasar más tiempo con tu familia, pero también te da la libertad de pensar estratégicamente y planificar; lo que se vuelve más importante para tu negocio.
También puedes considerar la posibilidad de promover el negocio o unir a un socio más. Los accionistas a menudo están más dispuestos a mirar hacia fuera de la empresa, lo que a su vez te proporciona más tiempo para que puedas centrarte en otras prioridades. Asociar a alguien más no debe tomarse a la ligera, y si la perspectiva suena intimidante, considera el hecho de que un socio de negocios con talento, fiable y de confianza podría en última instancia, ayudar a la empresa.
¿Crees que puedes ser exitoso y un buen padre a la vez?
3. Mide el éxito de otra manera
En vez de mirar tu negocio como la fuente de tu incontable riqueza, de tu yate y tu carro deportivo, míralo como la fuente inconmensurable de tu tiempo, que puede ser mucho más valiosa que cualquier cosa material que puedas comprar. Una vez que entiendes y vuelves a priorizar tus objetivos, tu punto de referencia para el éxito será mucho más fácil de medir y disfrutar.
4. Deja de comparar
Abundan las historias sobre los empresarios que trabajan sin cesar en sus proyectos de éxito. Responder mensajes de correo electrónico a las 2 am y dormir en la oficina son sólo un par de los rasgos más comunes que caracterizan a un emprendedor exitoso. De hecho, los empresarios solteros tienen prioridades muy diferentes, y en gran medida; distintos niveles de energía, recursos y perspectivas.
Cuando decides formar una familia, tu licencia para pasar fines de semana en la oficina se revoca. Esto no es algo tan malo, sólo pregúntale a cualquier empresario joven que no haya visto su propia cama en semanas.
5. Nadie es perfecto
Un negocio no puede ser el mejor en todo. No puede ser el precio más bajo con la mejor calidad y tener los mejores tiempos de entrega y máxima disponibilidad. Normalmente, la mejor estrategia es centrarse en uno o dos rasgos del negocio para diferenciarse o concentrarse en nichos específicos de mercado no atendidos.
Tampoco es posible ser el mejor empresario y el mejor padre, porque ambos requieren un mínimo de 24 horas por día (a menudo más) y toda su energía. En su lugar, debes estar orgulloso de ser el mejor de cada uno, teniendo en cuenta las circunstancias a las que te enfrentas, y finalmente, porque tratas de ser un mejor padre que el mejor empresario.
Cuando empecé mi empresa Wild Creations hace muchos años, era soltero y no tenía preocupaciones. Fue fácil para mí salir en una furgoneta de reparto y manejar 13 horas para cumplir con un cliente o tomarme una semana para asistir a una importante feria de la industria.
Ahora que tengo una familia, debo buscar oportunidades de negocios que permitan que yo persiga mis pasiones empresariales y equilibre mi tiempo entre clases de teatro y gimnasia de mis hijos. Probablemente he desechado una serie de sorprendentes y lucrativas oportunidades de negocio de vez en cuando, pero finalmente, siempre voy a estar más orgulloso de mi barato y plástico trofeo de “Papá del Año” que cualquiera de los premios de negocios que tengo en mi escritorio.
Visto en Entrepreneur.