Hacer ejercicio regularmente ayuda a equilibrar el trabajo y la familia

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Es difícil separar la vida personal del trabajo, y es más complicado aún tener tiempo para ambos. Estás en la oficina la mayor parte del tiempo, por lo que llegas tarde a tu casa, probablemente cansado y a veces incluso con tareas inconclusas. Sin embargo, la solución a este problema es agregar una cosa más a tu apretada rutina, hacer ejercicio. Si bien la mayoría conoce algunos de los beneficios de no ser sedentario, en el siguiente artículo de Russell Clayton te mostramos sus razones de por qué realizar actividad física sí funciona para lograr un balance perfecto:

Matthew Beason es un ejecutivo muy respetado en una organización sin fines de lucro con una dotación de miles de millones de dólares. Además de diversos viajes, innumerables cenas con donantes y la planificación de reuniones constantes, él es un hombre casado y padre de cuatro hijos. Mientras que su jornada laboral a veces lo deja exhausto, Beason asiste constantemente a la escuela o eventos deportivos, además cuando está en casa tiene disponibilidad completa para su familia.

Del mismo modo, Lucas McKelvy, propietario de McKelvy Wealth Management, tiene una apretada agenda de reuniones con clientes actuales y potenciales, para levantar su nuevo negocio. También es un hombre casado y padre de dos niños gemelos de menos de 2 años. Al igual que Matthew, él se las arregla para combinar la prioridad que le concede a la felicidad de su familia, con las exigencias del trabajo que considera importantes.

Matthew y Lucas han conseguido integrar con éxito el trabajo y la vida principalmente a través de una alineación hábil de sus prioridades. Pero hay algo más acerca de ellos, que probablemente los ha ayudado: su adhesión al ejercicio regular. Una nueva investigación de mis colegas y mía muestra una clara relación entre la actividad física planeada, estructurada, repetitiva y con propósito, con la capacidad para gestionar la compatibilidad entre el trabajo y el hogar.

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Mis colegas y yo encuestamos a una población de adultos que trabajan, para reunir información respecto a sus hábitos de ejercicio como a su experiencia para resolver las demandas del trabajo y del hogar. En pocas palabras, los que reportaron ejercicio regular eran menos propensos a experimentar un conflicto entre su trabajo y los roles domésticos. Ese es un hallazgo poco intuitivo, ya que después de todo el tener un régimen de ejercicio es algo más que hacer en el escaso tiempo que se tiene, y con frecuencia se elimina de la vida de los profesionales exactamente por eso ¿Cómo puede ser que agregarlo a un muy ocupado horario ayude a resolver los conflictos entre el trabajo y el hogar?

Los caminos se hicieron evidentes en nuestra investigación. En primer lugar, y lo menos sorprendente, el ejercicio reduce el estrés. Y una tensión más baja hace que el tiempo empleado en cualquier ámbito sea más productivo y agradable. Lucas afirma que el ejercicio le permite dejar sus preocupaciones atrás y le da tiempo para pensar. Una reducción en el estrés equivale a una expansión de tiempo.

En segundo lugar, encontramos que el ejercicio ayuda a la integración entre el trabajo y el hogar a través de una mayor “autoeficacia”. El concepto se refiere a la sensación de que uno es capaz de conseguir hacer las cosas, y aunque es una cuestión de percepción, tiene un impacto real en la realidad. Según el psicólogo Albert Bandura, las personas con alta “autoeficacia” son menos propensos a evitar las tareas o situaciones difíciles, y tienen más probabilidades de verlas como desafíos a ser retados. Nuestra investigación sugiere que las personas que hacen ejercicio regularmente disfrutan más de esta sensación, la cual trasladan a sus roles en el trabajo y el hogar. La teoría resuena con Matthew quien asegura que una hora de ejercicio le crea un sentimiento que dura mucho más allá de esa hora en el gimnasio. O como dice Lucas, que compite en triatlones: “Cuando puedo lograr algo durante una sesión de entrenamiento de ejercicio, me siento más seguro en mi vida profesional y personal“.

Así que ve esto como una razón más para atenerte a dicha resolución de Año Nuevo de hacer deporte. O si esa no era tu intención, considera cuál tipo de ejercicio regular funciona mejor para ti. Algunas personas tienen el hábito de hacerlo antes de comenzar el día, porque es muy fácil encontrar razones para no hacerlo al final de la jornada (personalmente, estoy encariñado con el entrenamiento de intervalo de alta intensidad, en parte debido la corta duración de los entrenamientos, así combino un par de sesiones de esto con un par de carreras por semana). Otros se benefician de un descanso en el trabajo, sobre todo cuando pueden aprovechar las instalaciones de entrenamiento del lugar. La rutina de ejercicios de Matthew implica salir en su hora de almuerzo para subir y bajar las escaleras en un estadio de fútbol local. Según él, cortar el día de trabajo con ejercicio “hace que mis problemas se hagan más pequeños en la tarde”. Algunos prefieren hacer ejercicio después del trabajo. Lucas tiende a ir a dar un paseo en bicicleta o a dar vueltas de natación en la piscina de su gimnasio local después de salir de la oficina. Cualquiera que sea el tiempo y ajuste que prefieras -largas caminatas, una clase de yoga o pilates- la clave es participar en un nivel de ejercicio que disipe el estrés y te dé sentido de lo que eres capaz de hacer.

Los gerentes y profesionales de recursos humanos deberían tomar nota, también. Es importante para el rendimiento de la organización que la gente encuentre formas de integrar con éxito el trabajo y las exigencias del hogar. Esta investigación sugiere que las empresas se beneficiarán eliminando restricciones sobre el ejercicio de los empleados al adoptar horarios laborales más flexibles. Por ejemplo, los lugares de trabajo y los supervisores pueden hacer que sea más fácil para las personas encontrar tiempo para la actividad física. Más proactivamente, los funcionarios pueden alentar nuevos hábitos como reuniones caminables o utilizar las escaleras en vez del ascensor. Incluso podrían ofrecer “recreos estimulantes” para que los empleados pasen 10-15 minutos participando en rutinas de estiramiento, respiración y aeróbicos ligeros.

Quizás más que cualquier otra cosa, los empleadores pueden ayudar a correr la voz de que el ejercicio no es una complacencia egoísta que requiere algún sacrificio. Lo que encontramos fue un apoyo inmenso a la relación positiva entre el ejercicio regular y la gestión satisfactoria entre el trabajo y hogar. No sólo es que la actividad física es compatible con una mejor salud. A través de su impacto directo sobre el aumento de la autoeficacia y la reducción de la tensión psicológica, también lleva a una mejor integración de la vida profesional y personal.

El inicio de un nuevo año es siempre un buen momento para pensar en lo que queremos que suceda en el próximo, y para proponerse alcanzar dichos objetivos de forma más activa. Si has estado sintiéndote arruinado entre las resoluciones de ejercitarte más y ser un mejor padre trabajador o cónyuge, entonces esto debería ser una gran noticia: Puedes hacer ambas cosas. Aquí está tu éxito y felicidad para el nuevo año.

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