En algún punto de tu carrera te enfrentarás a un cambio. Quizá en tu equipo de trabajo o en tu compañía, puede ser que cambies trabajos e incluso de industria. El cambio puede ser incómodo y dar miedo, cuando no sabemos qué esperar, el miedo aparece. Pero no tiene por qué ser así y tener la habilidad de adaptarse es muy poderosa. Así que aquí hay cuatro cosas para recordar cuando estés frente a un cambio en tu trabajo.
1. Un cambio es una oportunidad para aprender nuevas habilidades.
Cambiar de compañía puede ser difícil. Nuevos colegas, nuevas responsabilidades, nueva ubicación y más. Pero si es así, es bueno! Significa que estás saliendo de tu zona de confort.
Recuerda que este progreso puede ser una gran fuente de felicidad y satisfacción laboral. Ajustarse a un nuevo trabajo, nuevo ambiente laboral y tratar de entender nuevos procesos es muy bueno para tu carrera y satisfacción personal.
Cambiar de industria puede ser aún más difícil. Cuando Tim Mullen se cambió a la industria donde está ahora, estaba aterrado. Pero decidió absorber todo el conocimiento posible y pudo conocer a mucha gente, hacer muchas preguntas y trabajar en muchos proyectos diferentes. Han pasado un par de años y no se arrepiente.
2. El cambio te enseña a adaptarte
La causa más común de insatisfacción laboral son los cambios en los equipos de trabajo, como un nuevo jefe, que se vaya gente que te gusta, que tu rol en la empresa cambie o que la visión de la compañía deje de importante tanto como antes. Algunas veces estas cosa pueden llevarte al límite, lo que significa que ha llegado el momento de adaptarse.
La clave está en buscar formas de recuperar tu compostura, como darte el tiempo de entender a tu nuevo jefe. Tomándote el tiempo de escuchar, puedes aprender qué es lo que pueden hacer para mejorar el trabajo en equipo. Si tu problema es con la visión de la compañía, quizá la solución es pasar más tiempo con otros equipos aparte del tuyo. Así podrás tener más perspectiva y ver por qué las cosas han ido cambiando.
3. El cambio puede ser el impulso que necesitabas
Dejar tu trabajo es una decisión difícil, particularmente si es que haz estado años en lo mismo y, aunque no eras completamente feliz, estabas inclinado a quedarte ahí. A veces, el cambio puede ser tu mejor amigo y decidir irse puede ser una buena idea, aunque no tengas a donde ir. Aunque es muy valiente hacer eso y no es para todos. Al principio puede ser un gran acontecimiento salir libre, pero la sensación de salir corriendo y cantando se irá muy rápido si es que no estás bien preparado para enfrentar las realidades del día a día. Así que crea un plan, incluso si es uno general. Los que han logrado dar el salto y se han preparado bien, son personas que se dieron cuenta de lo que realmente les importa, que una oportunidad fue creada y se pueden concentrar en su futuro.
4. El cambio puede abrir tu mundo
Todo esto se vuelve mucho más complicado cuando cambiar de trabajos implica irse del país. Pero también, esta experiencia puede ser una de las más enriquecedoras. No solo estás lidiando con una nueva cultura de compañía, sino que también con una nueva cultura de un país. La gente habla diferente y tiene formas distintas de hacer las cosas, en todos los ámbitos de la vida. Tim Mullen, el autor de este artículo, experimentó todo esto cuando se fue a trabajar al Reino Unido y lo que aprendió, la gente que conoció y el camino que siguió le cambiaron la vida. Se le abrieron puertas y experimentó muchos cambios de carácter, en sus valores, conoció gente y ganó experiencia laboral. Sin duda, que es algo que asusta. Pero si estás pensando en hacer esto, hazlo, no esperes. Y una vez que estés ahí, acepta todo. Te prometo que las habilidades para la vida y la experiencia laboral que ganarás serán muy valiosas.
Visto en Mashable.