Empezar un negocio es la última forma de creatividad, ya que en la exploración de una nueva oportunidad, llegas a construir cada aspecto de tu empresa, desde el producto a la cultura hasta la experiencia del cliente. En relación a esto, el cofundador y ex fundador de Contour, Marc Barros, escribe el siguiente artículo con estrategias para que empieces desde ya a integrar la creatividad en tu empresa:
1. Ofrece vacaciones ilimitadas
La mayoría de los gerentes piensa que las políticas de vacaciones suenan genial, en papel. Les permite seguir el trayecto de qué tan duro la gente está trabajando y justifica el por qué hay un asiento vacío. Para los empleados las políticas de vacaciones son todo lo contrario. Pareciera que le dijeras que no confías lo suficientemente en ellos como para encontrar un balance. Además, funcionan como un alarma que les recuerda el poco tiempo que tienen para viajar.
Ofrecer vacaciones ilimitadas no hará que la gente falte cada viernes a la oficina o deje a las personas abandonadas antes de la fecha final de un proyecto. En lugar de eso, les dará el control de elegir cuándo ellos quieren trabajar y cuándo no. Tener la posibilidad de elegir significa todo en una cultura creativa.
2. Deja que los empleados trabajen a la distancia
Afrontémoslo, tu oficina no es dónde todos hacen su mejor trabajo, ni siquiera tú. Puede distraer bastante.
Trabajar remotamente no significa estar en diferentes ciudades. Como un contribuidor de Inc, Jason Fried dice: “a la distancia sólo significa que tú no estás en la oficina desde las 9 am hasta las 5 pm“. La empresa de él ha construido toda una cultura en base a las personas que trabajan desde cualquier parte. Su libro “Remote“, te inspirará a pensar de manera distinta sobre cómo tu equipo hace mejor su trabajo.
3. Desecha las reuniones
La peor parte sobre las reuniones es que son increíblemente fáciles de agregar. Incluso si haces una agenda, el número sólo irá en aumento mientras crezcas en tamaño. Como resultado, poco pensamiento creativo se realizará durante el día.
Empezarás a notar a la gente tomándose las tardes y los fines de semana para hacer mejor el trabajo, ya que es el momento donde ellos saben que pueden hacerlo sin distracciones. Los 30 ó 60 minutos entre reuniones no los deja hacer las cosas, así que terminan gastando tiempo mandando correos electrónicos todo el día.
Trata de reducir las reuniones a una diaria. Incluso si toda la organización tiene que ir, no debería durar más de 20 minutos, si se hace bien. Esto mantendrá a todos en un buen trayecto y los dejará libres para que usen el día como estimen necesario.
4. Departamento de objetivos
Usualmente ayuda más a los gerentes que a los empleados. En general, terminarás gastando tus valiosas horas proponiendo nuevas metas e incluso más tiempo preguntando cómo no las alcanzaste.
Peor aún, cada departamento se basa en recursos que no controlan y en departamentos que no son responsables de alcanzar esas metas. Esto puede resultar en equipos firmando para un trabajo del que no estaban enterados, lo que guía a discusiones sobre cuáles metas son más importantes.
En cambio, intenta enfocar a toda la compañía alrededor de 2 ó 3 objetivos y hazlos buscar una solución para alcanzarlos. Esto ayudará a ser más creativos, al mismo tiempo que saben lo que deben hacer.
5. Entrega comentarios
Al final del día, la mayoría de la gente quiere hacer un trabajo increíble. Quieren superar las expectativas, especialmente las suyas. Sin embargo, muchas compañías hacen de los comentarios un proceso formal, esperando hasta el fin de mes -o incluso el año- para decir cómo se sienten respecto a la persona.
Las culturas creativas apoyan la entrega espontánea de comentarios, ya sean buenos o malos, porque ayuda a los equipos a aumentar sus propias expectativas.